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- En aquellos pacientes en los que se requiere evaluar la función global del corazón como bomba con o sin hipertensión arterial.
- En aquellos pacientes que luego de un infarto se quiere evaluar el estado en que quedó el músculo cardiaco.
- En aquellos pacientes que por la evaluación clínica se sospecha que puedan tener alguna patología estructural (valvulopatías congénitas o adquiridas, malformaciones, comunicaciones anormales).
- En aquellos pacientes con cuadros clínicos de riesgo de endocarditis bacteriana.
- En pacientes con enfermedades crónicas en los que se quiere evaluar la evolución del daño al corazón.
- Antes, durante y después de una cirugía cardiaca.
- En general, ante la sospecha de cualquier enfermedad cardiaca.
No requiere de una preparación especial.
El ecocardiograma no es doloroso. Si la ventana ecográfica no es la más óptima, puede que el cardiólogo ejerza cierta presión sobre el tórax, lo que puede causar ciertas molestias, pero que son menores debido a la corta duración del examen.
Se trata de una prueba diagnóstica en la que se utiliza el ultrasonido para obtener una imagen del corazón. Se analizan los ecos reflejados y con las imágenes obtenidas se pueden comprobar la forma, el tamaño, los volúmenes y el funcionamiento del corazón y el movimiento de sus paredes y sus válvulas. El ecocardiograma, además, es adecuado para valorar las consecuencias del infarto.
Un ecocardiograma puede determinar la fuerza y contractilidad del corazón, la condición de las válvulas del corazón, de la membrana que reviste el corazón (el pericardio), y la aorta. Puede ser usado para detectar las consecuencias de un ataque del corazón, engrosamiento de las paredes del corazón, dilatación de alguna de sus cavidades, la infiltración del corazón con una sustancia anormal, la debilidad del corazón en pacientes sometidos a quimioterapia, puede detectar tumores o masas intracardiacas, etc. No sólo permite que los doctores evalúen las válvulas del corazón, sino que también puede detectar anormalidades en el patrón del flujo de la sangre, como el flujo de regreso de la sangre a través de válvulas del corazón parcialmente cerradas, conocidas como regurgitación o insuficiencia.
Es importante tener siempre en cuenta que este examen no sólo evalúa la parte estructural del corazón sino también la parte fisiológica, con evaluación sistólica y diastólica de los ventrículos y las mediciones de flujos a través de las válvulas y vías de salida, así como las mediciones de presión.
Al determinar el movimiento de la pared del corazón, la ecocardiografía puede ayudar a detectar la presencia y evaluar la severidad de la enfermedad de la arteria coronaria, tan bien como ayudar a determinar si algún dolor de pecho está relacionado con la enfermedad cardíaca. La ecocardiografía también puede ayudar a detectar la cardiomiopatía hipertrófica, en la cual las paredes del corazón se engruesan por un factor congénito o por intento de compensar una hipertensión arterial.
La más grande ventaja de la ecocardiografía es que no es invasiva (no implica romper la piel o entrar en las cavidades del cuerpo) y no tiene ningún riesgo o efectos secundarios conocidos.
Se aplica una pasta sobre el pecho del paciente (que permanece acostado) y se coloca sobre ella un pequeño transductor que sirve para transmitir la imagen del corazón a la pantalla. Para que la imagen sea lo más clara posible se desliza sobre el pecho ejerciendo una ligera presión.
El transductor (la sonda) del ecocardiógrafo se pone en contacto con la pared del tórax del sujeto, y las imágenes son tomadas a través de la pared del pecho. Las imágenes son exhibidas en un monitor, y son registradas y almacenadas mediante técnicas digitales. Es una evaluación no invasiva, altamente precisa y rápida, de la salud total del corazón. La prueba suele durar entre 15 y 30 minutos, por lo que es conveniente que trate de permanecer lo más tranquilo posible.
De acuerdo al tipo de paciente y la sospecha con la que se empieza su evaluación, puede darse una amplia gama de hallazgos anormales. Estos resultados incluyen, entre otros, válvulas anormales insuficientes o con apertura reducida, función de los ventrículos reducida, regiones del músculo cardiaco con movilidad disminuida, masas correspondientes a tumores o a tejidos acumulados producto de una endocarditis, malformaciones congénitas en niños e incluso en adultos que nunca habían sido diagnosticados.
No existen riesgos ni complicaciones asociadas a este examen.